Cuando uno está empezando en el running o no ha corrido nunca con temperaturas muy bajas, viento fuerte y el asfalto mojado (incluso helado) puede que vea como todas sus motivaciones e ilusiones depositadas en este deporte se congelan.
Es más, son muchos los corredores que, cuando oyen eso de Winter is coming, guardan las zapas de correr y las ponen a hibernar, cual oso pardo del helado Alaska.
Para que esto no te ocurra este invierno, allá van unos consejitos que te darán calor en el peor momento.
Lo primero que tienes que tener en mente es que correr con frío te aportará unos cuantos beneficios que no siempre son conocidos, como la mejora de la resistencia, la quema de más calorías con el mismo entreno en tiempo y ritmos que en verano o el fortalecimiento del sistema inmunológico. Además de todo esto, el hecho de salir del sofá supondrá abandonar nuestra querida zona de confort, algo que, aunque difícil, nos llevará acto seguido a un desarrollo personal muy satisfactorio. Y si no nos crees, con que lo pruebes un día bastará para convencerte. Aquí van unos consejos para vuestros entrenos invernales:
Bonus: Si el día es ventoso (por encima de los 15 km/h el viento empieza a ser molesto para el runner) procura hacer la primera parte del entreno en contra del aire para volver a casa con viento a favor. Lo agradecerás enormemente.
Pues con esto ya estás más que list@ para entrenar en las duras semanas invernales que aún faltan hasta la ansiada primavera. Bueno, con esto y con tus ganas para llevarlo a cabo.
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